martes, 26 de octubre de 2010

MAÑANA


Que la lluvia caiga sin rosar mi cabello,
y que las estrellas no brillen
que mi cielo no se vista de azul,
tal vez sea posible mañana.

Me cambiarè de nombre,
y tal vez con el tiempo,
ya no me recuerdes,
besarè otros labios,
y quizàs,
tal vez quizàs,
todo cambie mañana.

Mientras tanto,
“nada es posible,
o todo lo es”
como sea,
esperarè con paciencia el mañana.

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