sábado, 7 de abril de 2012

LA HIJA AUSENTE


La mesa familiar,
¡Qué linda está!
Preparada
Para la recién llegada.

La hija ausente,
Se sienta al lado de la madre,
El padre la observa meditabundo,
No añade nada,
Solo una sonrisa que
Penetra el alma.

Las mejores comidas,
El mejor plato,
Es para la invitada,
La hija presente,
Que siempre está ausente,
Y no porque ella lo quisiera así.

El mantel blanco,
La casa impecable,
El hogar cariñoso,
Eso lo recuerda la hija ausente.

La exquisita comida hecha por mamá,
No hay nada igual,
Todos en silencio degustan,
Se miran, se sonríen,
Como en aquellos años
Donde los hijos
eran los niños que alegraban el hogar.
Hoy son los nietos
Que con sus juegos,
Causan el entusiasmo familiar.

La recién llegada
para sus adentros piensa,
Que solo faltan sus hijos
Para la alegría total.

Los perfumes se mezclan
En el ambiente,
El silencio se ve interrumpido
Por los comentarios de mamá
Y son seguidos por los halagos
De la rica comida hecha por ella.

Empiezan las risas,
Las bromas,
Los anécdotas,
Nadie se levanta de su lugar,
Y cuando todos acabaron,
La recién llegada,
Recuerda que muy pocos días al año
Tiene la dicha de almorzar en familia
Y guarda cada detalle en su mente.

¡Qué feliz se siente la hija ausente!
muy pocas veces está presente,
Pero mamá y papá
Ella los recuerda a diario
Y los ama como a nadie,
Porque esa recién llegada,
Que parece casi invitada,
Jamás los saca de su corazón,
¿Quieren más detalles?

¿Quién es aquella hija ausente?
Soy yo.

CON CARIÑO:
KARLA RUGEL

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